Un año más tarde, en 1971, su idea empezó a tomar forma y a funcionar. Lo que en un principio se formó como un grupo de amigas, pasó a convertirse en una Entidad Católica gracias al permiso provisional otorgado por un sacerdote que, al poco tiempo fue nombrado el obispo auxiliar de Madrid Monseñor Ramón Echaren. El domicilio designado como sede fue la casa particular de la fundadora Doña Carmen García Castellón, sita en Madrid, calle Almirante, 19. El sacerdote era el coadjutor de la parroquia de San Cristóbal y San Rafael, el padre Aurelio Coro Prieto, y que figura como cofundador, poniendo a disposición el centro parroquial de la parroquia San Cristóbal, donde se celebraba la reunión mensual.
Y así fue como ante los problemas que surgían como consecuencia de las rupturas matrimoniales, Doña Carmen García Castellón fundó la primera asociación de mujeres separadas de España, la primera que decide trabajar a favor de las mujeres separadas en un contexto histórico de falta de libertades, derechos civiles y consideración social. Los estatutos fueron redactados por la Asociación Mujeres Juristas, siendo en aquel entonces su presidenta doña María Telo, y con ayuda del consiliario de aquella época el padre Aurelio Coro Prieto, teniendo que elaborar dos tipos diferentes de estatutos, por un lado los civiles, y por el otro los religiosos, ya que era algo obligatorio en aquellos años. Una vez redactados se llevaron los estatutos en el Registro, tras lo que les fue reconocida personalidad jurídica por el Ministerio de Gobernación con el número 12.747, recibiendo el nombre de Asociación Católica de Mujeres Separadas.
Desde sus inicios, esta asociación ha cumplido una valiosa función representando, ayudando e informando a las mujeres separadas legalmente y a todas las mujeres separadas de hecho, ya que su objetivo era y es atender a todos los matrimonios en crisis, no sólo individualmente sino respondiendo a un colectivo, fomentando la conciencia crítica ante la sociedad y los poderes públicos del Estado, consiguiendo hechos significativos e importantes que han incrementado el reconocimiento social de este colectivo, como que en el año 1975 figurara en el Documento Nacional de Identidad como estado civil "separada/o", que en el año 1977 fuera escuchada la asociación con motivo de la aprobación de la Ley de Divorcio y Separación, o que en el año 1980 se obtuviera la asistencia sanitaria para el cónyuge no titular, etc. Estos avances y la importante labor social que estaba llevando a cabo la asociación hizo que en el año 1978 se consiguiera una modesta subvención, ayudando con la misma a las asociadas que más lo necesitan.
Posteriormente, por desacuerdos internos, tal y como se manifestó en distintos períodos del momento, así como la nota aclaratoria que envió Doña Carmen a los periódico que se hicieron eco de la noticia para aclarar dicha cuestión, la Sra. García Castellón presenta su dimisión irrevocable dejando la presidencia de la Asociación de Mujeres Separadas Legalmente, siguiendo presidiendo la Asociación Católica de Mujeres Separadas, tal y como ella apunta en su diario, del que han sido sacados todos estos datos y en el que refleja los logros de la Asociación hasta 1985.
Para finalizar, manifestar que Doña Carmen García Castellón fue una mujer con gran personalidad, sin ninguna duda religiosa y orgullosa de ello. Fundó la primera Asociación de Mujeres Separadas en España con el único propósito de ayudar a las mujeres que se encontraban perdidas y necesitaban de ayuda, así como a sus hijos e hijas, poniendo su vivienda particular a disposición de la Asociación hasta el día de su muerte.
AYUDAR era el lema de Doña Carmen García Castellón y sigue siendo el lema de la Asociación.